“Quisiera quejarme y quisiera abundar en detalles, pero no lo haré. Solo diré que desde que me levanto hasta casi la medianoche tengo actividades en el hogar”, Aymé.

Perfil

El caso de Aymé me llamó mucho la atención porque noté cierta “resignación” frente al papel poco empático del padre de sus hijos.

Guatemala

El caso de Aymé me llamó mucho la atención porque noté cierta “resignación” frente al papel poco empático del padre de sus hijos, pero luego la admiré en el sentido de que dejó de luchar a contracorriente y renunció a la supuesta obligación que tenemos las mujeres de “reeducar” o maternar a un hombre genitor que no logró ser corresponsable en la crianza y se ha concentrado en sus hijos. 

Gracias por tomarte unos minutos para responder esta entrevista que me ayudará a escribir un reportaje denominado “La pandemia invisible: El Covid-19 aumentó la violencia y la desigualdad de género en México y Centroamérica”. 

1.    Nombre completo que no se publicará: -



2.    Correo electrónico: -



3.    Nombre ficticio o pseudónimo: Aymé



4.    País y ciudad: Guatemala



5.    Edad: 37 años



6.    Nivel de estudios. Doctorado



7.    Profesión: Investigadora social



8.    Promedio de ingresos mensuales: USD1500



9.    Número de hijos: 2



10.    Edades: 11 y 13



11.    ¿Casada o separada? Separada, con alguna convivencia temporal y esporádica.



12.    ¿Su cónyugue o excónyugue participa en la crianza de sus hijos? Mínimamente, si pudiera ponerlo en porcentaje diría que un 15% o menos.



13.    ¿Tiene ayuda de alguna trabajadora del hogar o de algún familiar para la crianza de sus hijos? NO



14.    ¿Goza de tiempo libre? Respondo con una pregunta ¿Tiempo libre o tiempo para mí? No le llamaría tiempo libre, conforme pasan los años he aprendido a agendar “eventos conmigo” para tener un respiro, pero esos eventos conmigo o ese tiempo para mí se traduce en hacer alguna actividad que me guste, leer o seguir estudiando, me gusta estudiar. En ese sentido, el tiempo que tomo para mí, si me inscribo a algún curso o diplomado deja de ser tiempo libre y supone una carga extra a lo que ya de por sí tengo encima, pero es un tiempo que reservo para hacer cosas que me gustan. El único tiempo libre como tal diría que es cuando decido tomar una ducha laaargaaaaa o bien cuando duermo. Si la respuesta es sí, ¿en qué lo invierte? Leer, dormir, estudiar alguna cosa que me guste, ver alguna serie.



15.    ¿La pandemia aumentó la cantidad de horas que realiza trabajo del hogar? Describa. Por supuesto, la pandemia supone una vuelta al hogar y a la crianza sin que eso signifique que el trabajo profesional se redujera o disminuyera. Cuánto más tiempo estamos en casa aumentan los platos sucios, las horas de cocinar, la necesidad de limpiar porque efectivamente la casa se ensucia pronto con niñxs en casa, la ropa que lavar, en fin…. Podría seguir por un buen rato, pero supongo que muchas mujeres lo saben y lo entienden, no estoy segura de que esto suceda así con los hombres. De hecho, el tiempo que el padre de mis hijos pasa en casa literalmente es de descanso, de tal cuenta que lejos de “ayudar” supone una carga extra, un plato más de comida que preparar, obviamente un plato sucio más, más ropa que lavar.



16.    Describa la rutina de uno de sus días con lujo de detalle. Se vale quejarse. Quisiera quejarme y quisiera abundar en detalles, pero no lo haré. Solo diré que desde que me levanto hasta casi la media noche tengo actividades en el hogar, como ama de casa, tutora académica de primaria, profesional con responsabilidades en varios países y estudiante (cuando decido seguirme formando). La queja que puede resumir mucho es decir que el padre de mis hijos está esporádicamente en casa, trabaja fuera de la ciudad, pero cuando está en casa ni siquiera es digno de ordenar la cama, levantar su plato o pasar una escoba, “no tiene paciencia” para acompañar a lxs hijxs en las tareas, no cocina, no lava ropa, no tiende, no dobla, ni guarda ropa y además se nota su molestia cuando “me atraso”, puedo reírme, porque hace tiempo eso no me importa, no pienso que sea justo, no creo que sea “normal”, pero querer cambiarlo, hablar siempre de lo mismo, armar un gran pleito para esperar o hacer que entienda que también es su responsabilidad o mínimamente que tenga ganas de “ayudar” es algo que me desgasta demasiado y que lejos de hacerme sentir mejor solo me cansa y me drena energía. ¿Debería seguir insistiendo si pasa en casa 2 o 3 días? Esa es la cuestión, cada día de cada semana de cada mes que ha pasado lo he conseguido sola y ahora prefiero pensar que cada cierto tiempo llega “un invitado” que pronto se irá. Ojalá podamos formar nuevas generaciones conscientes de su responsabilidad material, emocional, económica, física y psicológica dentro TODAS las tareas del hogar -productivas, reproductivas y del cuidado-, independientemente de que sean hombres o mujeres. En este punto de mi vida, con bastante formación feminista, he entendido que no me compete formar a un tipo que en su hogar criaron machista, no me siento mal conmigo misma ni siento que “traiciono la causa” si dejo de exigir que cumpla con su responsabilidad, ese ejercicio fue frustrante, doloroso, agotador y considero que fue en vano, pero no creo que sea en vano formar hijas y e hijos independientes y conscientes, esa es mi apuesta actualmente, quizá alguien diga que “se educa con el ejemplo” y el padre en este caso es ejemplo, pero yo hablo con mis hijxs sobre que aunque lo haga y lo vean no es una actitud responsable y les involucro de acuerdo a sus cargas académicas a que tengamos un bonito hogar, que sea cómodo y se mantenga limpio. Nótese que hablé del padre de mis hijxs y no de mi compañero, no de mi pareja, no de mi soporte y tampoco de mi “ex”, es el padre de mis hijxs que les visita de vez en cuando, punto. 



17.    Durante la pandemia, ¿aumentaron sus responsabilidades en el trabajo remunerado o realiza home office? Realizo home office, pero es notable que sí aumentó la carga horaria laboral, previo a la pandemia mi horario laboral era de 8:30 a.m. a 5:00 pm, salvo algunas excepciones, lograba cumplir con este horario y a las 5 de la tarde iba a casa habiendo cerrado la puerta de la oficina y dejado atrás la vida laboral. En pandemia el hecho de no tener que trasladarme me hacía seguir trabajando después de las 5pm, en algunos casos hastas las 8 o 9 p.m., las reuniones son una tras otra, el Zoom, el Teams y el Meet, no dan tregua, se puede programar una reunión tras otra sin descanso entre ellas y sin la excusa del tráfico o del tiempo que implica trasladarse de una sala de reunión a otra. Por otra parte, trabajo en una organización sanitaria y la pandemia implica hacer monitoreo y reportes del sistema de salud de varios países mientras que el trabajo regular no se detiene y había que buscar formas de seguir ejecutando “en virtual” el resto de actividades regulares. 



18.    ¿Tiene alguna hija o hijo que reciba educación en línea bajo su supervisión? Describa la experiencia. Mi hija y mi hijo reciben educación en línea desde marzo 2020, para 2021 aún cuando se declare alerta verde el colegio ha anunciado que la educación permanecerá en lo virtual dado que el colegio es pequeño y no podría garantizar el 1.5 metros de distancia entre alumnos. Los primeros meses fueron tortuosos, la carga educativa no disminuyó y las maestras esperaban que la madre asumiera el rol de maestra -aunque en sus comunicaciones oficialmente dicen “queridos padres de familia” todo el mundo sabe que esas tareas las desempeña la madre-. Mi hijo tiene una condición en el espectro autista, sin embargo, se desempeña en el sistema educativo regular, el tiempo en pantalla fue un detonante de varias crisis, la exigencia de “siempre cámara abierta”, el bloqueo de micrófonos y del chat para que “no interrumpieran la explicación” delimitaba muchas veces la capacidad de mi hija y mi hijo de tener paciencia, al cabo de dos meses tanto ellxs como yo estábamos hartxs. Pero el colegio fue haciendo adaptaciones, disminuyendo la carga de tareas y flexibilizando un poco la virtualidad. Aunque el ciclo escolar 2021 está más organizado y tienen más tiempo de receso, el peso de no socializar es grande y la frustración de estar pegadxs a las pantallas se mantiene, así como se mantiene mi oficio de tutora académica en aquellos temas en que la explicación no ha sido clara o no fue comprendida, en el acompañamiento de tareas y revisar que hagan la tarea, tomen la foto, la envíen por algún medio, la descarguen en sus computadoras y la suban a la plataforma correcta en el plazo correcto, es agotador para ellxs y para mí.



19.    ¿Perdió su empleo o sus ingresos mermaron en lo que va de la pandemia? Comente. No, aunque en la organización que laboro sí hubo recortes, no me quedé sin empleo y tampoco tuve ninguna disminución de mis ingresos mensuales, sé que soy afortunada, he visto en varios países que se abren plazas y llegan 150 o 200 solicitudes, de las cuáles solo se puede elegir una.



20.    ¿Ha sufrido violencia física, verbal, psicológica, económica o simbólica durante el confinamiento? Describa. Si usted no la ha sufrido, ¿alguna familiar o amiga sí? Comente. Diría que violencia psicológica porque las personas de mi entorno y el padre de mis hijos entiende que es “mi obligación” mantener las cosas funcionando, la casa limpia y cumplir con todos los roles que se cree que debo desempeñar.  Esa violencia se traduce en estrés por el confinamiento, por los toques de queda, por el encierro, por la carga laboral, por la carga académica en que tuve que ejercer como tutora de mis hijxs, por la carga de las tareas del hogar. Y sé que de todos modos cuándo lo pienso digo en mi cabeza “es lo menos”, sé de compañeras que sufrieron violencia física “porque mi marido está estresado” o en las noticias he visto cómo aumentaron las denuncias por agresión sexual y violaciones. La pandemia significó para muchas mujeres, niñas, adolescentes, jóvenes y adultas quedarse encerradas con sus agresores.



21.    ¿Ha tenido problemas de salud física o de salud mental por el confinamiento? Describa. Como comenté en el apartado anterior si sufrí períodos de estrés intenso, la alteración de la salud mental derivó en manifestaciones físicas como migrañas derivado insomnio, incluso llegué a fracturarme dos muelas por apretar las mandíbulas estando dormida. 



22.    ¿Ha perdido un familiar o amigo por Covid-19? ¿Cómo vivió su luto? No afortunadamente, si tuve amigxs que resultaron positivos y aunque algunxs si tuvieron crisis severas, todxs están hoy a salvo.



23.    ¿Cree que en su comunidad se ha incrementado la violencia y la desigualdad de género? Sí, no, ¿Por qué? No sabría decirlo, mi comunidad es una colonia en que nadie sabe el nombre de la vecina/vecino, era una ciudad dormitorio. En pandemia, no me enteré de nada, pero eso no significa que no esté sucediendo. Veo las estadísticas del país horrorizada como han aumentado las desapariciones de niñas y mujeres, una vez que quitaron los toques de queda y las restricciones se dispararon las alertas Alba Keneth e Isabel Claudina, en los primeros días de enero habían asesinado al menos a 28 mujeres, me partió el corazón el caso de Hillary Arredondo, una niña de 3 años que desapareció en su nota decía “vestía camiseta blanca y pañal blanco”, fue encontrada asesinada. O el caso de Luz María López, una investigadora forense del Ministerio Público a la que secuestraron y apareció asesinada en un tragante. La saña con que los criminales atacan nos están hablando de una nueva ola de violencia más agresiva y más peligrosa para las mujeres. En cuánto a la desigualdad de género específicamente en relacionado a acceso a justicia por violencia el sistema ya era lento, con la pandemia se volvió inoperativo. 



24.    ¿Cuál sería la solución colectiva para zanjar el aumento de la violencia y la desigualdad de género durante la pandemia? No dirían zanjarlo, pero se puede apostar por una estrategia de hormiga a largo plazo, organizar espacios de trabajo emocional, de salud mental, seguir trabajando en la sensibilización de hombres y mujeres y en el corto plazo ofrecer para otras mujeres -familiares o amigas- nuestras casas como espacios seguros para ponerse a salvo.



25.    ¿Algo que desee agregar? Me gustaría leer qué opinan los hombres de “sus cargas” en pandemia. Quedé un poco abrumada cuando una compañera mencionó que según una encuesta que lanzó su empresa, los trabajadores hombres de esa empresa fueron los que más reportaron “un aumento” en las cargas de las tareas domésticas. Me quedé pensando ¿será que recién descubren lo que es el trabajo doméstico no remunerado por la obligatoriedad de estar en casa? ¿será que las mujeres de esta empresa siempre han tenido las mismas cargas de tal cuenta que no sienten que aumentó en alguna medida su carga laboral? No lo sé, siempre hay un correlato que sería interesante comprender. Claro, eso escapa a los estudios de mujeres para mujeres, pero no significa que esa otra parte no exista. 

¡Gracias!