La victoria de Donald Trump y la inminente transnacionalización de la agenda anti-LGBTIQ+

Análisis

La política de derechos humanos de Estados Unidos ha moldeado históricamente las legislaciones y políticas en Centroamérica. Los discursos sobre derechos reproductivos, diversidad de género y derechos sexuales generan un impacto directo en países como El Salvador, Honduras y Guatemala, donde un posible endurecimiento de las políticas de Trump podría fortalecer las tendencias conservadoras impulsadas por gobiernos de derecha.

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Los derechos humanos, esa brújula moral que ha guiado las aspiraciones colectivas de la humanidad durante más de siete décadas, enfrentan ahora uno de sus mayores desafíos. La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos no solo pone en riesgo los avances logrados, sino que sacude los cimientos mismos de nuestra comprensión de lo que significa vivir con igualdad y libertad en el siglo XXI.

Su retórica y programa político son esencialmente regresivos. Lo han sido siempre, pero ahora, con el control del Congreso y el Senado, y respaldado por el auge de la ultraderecha en otras partes del mundo, es esperable que estas tendencias se profundicen.

La fórmula para ganar elecciones sigue siendo la misma: culpar al migrante de todos los males, debilitar los organismos multilaterales que garantizan una convivencia respetuosa, y acusar a los feminismos y a las sexualidades no heteronormativas de desestabilizar un modelo de familia y sociedad idealizada, que difícilmente existió. Este discurso conecta con sectores de la población que se sienten rezagados por la modernidad, avivando resentimientos y alimentando las desigualdades estructurales que perpetúan la opresión hacia mujeres y minorías.

Conquistas bajo ataque

Desde hace varios años una ola conservadora liderada por el Partido Republicano y que ha encontrado su principal aliado en la Corte Suprema ha venido impulsando retrocesos en derechos que parecían consolidados, como ocurrió con la anulación de Roe v. Wade, comprometiendo el derecho al aborto en todo el país. Durante su segundo mandato Donald Trump podrá consolidar una mayoría conservadora en la Corte Suprema que perdurará por varias décadas, ya que sus cargos son vitalicios. 

El matrimonio igualitario, aunque actualmente está protegido a nivel federal por la decisión Obergefell v. Hodges (2015), enfrenta riesgos potenciales similares a los que llevaron a la revocación del derecho al aborto en Roe v. Wade. La preocupación principal radica en la composición conservadora de la Corte Suprema y las declaraciones de jueces como Clarence Thomas, quien ha sugerido revisar otros fallos basados en la doctrina de "derecho a la privacidad", incluidos aquellos que garantizan el matrimonio entre personas del mismo sexo​. (Aristegui Noticias, 2023; Human Rights Watch, 2023).

A raíz de la anulación de Roe v. Wade, el Congreso aprobó la Ley de Respeto al Matrimonio (2022) que obliga a los estados a reconocer matrimonios legales realizados en otras jurisdicciones con el objetivo de blindar este derecho. Sin embargo, esta ley no obliga a los estados a permitir nuevas uniones si la Corte Suprema revocara Obergefell, lo que podría generar una situación legal similar a la del aborto, donde los derechos varían según el estado​ (Infobae, 2022).

La retórica anti-LGBTIQ y los esfuerzos legislativos estatales abren la posibilidad de que estos derechos sean erosionados gradualmente​, como ha venido ocurriendo con los internos por prohibir los espectáculos drag. Durante 2023, al menos 16 estados introdujeron leyes para restringir estas presentaciones, justificándolo como una medida para "proteger a la niñez" (Infobae, 2023). 

Tennessee fue uno de los primeros estados, en aprobar una ley que criminalizaba estas actuaciones, pero un juez federal la declaró inconstitucional por violar la Primera Enmienda sobre libertad de expresión. Situaciones similares han ocurrido en Texas, Florida y Montana (HRC, 2024; Infobae, 2024). Este panorama refleja una tendencia conservadora que utiliza la comunidad drag como blanco político dentro de un contexto más amplio de ataques a los derechos LGBTIQ+ en EE.UU. (Infobae, 2023).

El Proyecto 2025

El Proyecto 2025, liderado por la ultraconservadora Heritage Foundation, es un plan que busca reformar radicalmente la administración federal de Estados Unidos en un segundo mandato de Trump. Se centra en consolidar el poder ejecutivo, desmantelar protecciones sociales y derechos civiles, y promover políticas ultraconservadoras. Incluye propuestas que afectan a la comunidad LGBTIQ+, como revertir derechos en temas de género, restringir el acceso a servicios de salud para personas trans, y reducir las protecciones contra la discriminación.

Esta iniciativa busca poner en marcha un conjunto de reformas que buscan anular muchos de los logros alcanzados por la comunidad LGBTIQ+ en las últimas dos décadas. Las propuestas incluyen la revocación de la protección contra la discriminación laboral para personas LGBTIQ+, restricciones a la educación sobre género en escuelas y universidades, y la anulación de las leyes que permiten la adopción de niños por parejas del mismo sexo (Wisconsin Watch, 2024).

Además, una de las propuestas más problemáticas es la prohibición de los tratamientos de afirmación de género, lo que afecta tanto a adultos como a menores trans. Esta medida se ha alineado con la creciente tendencia en algunos estados republicanos de limitar o eliminar el acceso a cuidados médicos para personas trans, como se observa en los debates en estados como Florida y Texas (Opendemocracy, 2023).

Transnacionalización de la agenda anti derechos

La política de derechos humanos de Estados Unidos ha tenido históricamente una gran influencia en Centroamérica. Los discursos de los líderes estadounidenses sobre derechos reproductivos, diversidad de género y derechos sexuales tienen un impacto directo sobre la legislación y las políticas en países como El Salvador, Honduras y Guatemala. Un endurecimiento de las políticas de Trump podría reforzar las tendencias conservadoras en la región, especialmente en países gobernados por líderes de derecha (Página 12, 2024).

En El Salvador, por ejemplo, la administración de Nayib Bukele ha adoptado un enfoque cada vez más conservador en temas de derechos humanos. Sus posturas sobre la "familia tradicional" y sus constantes ataques a las organizaciones de la sociedad civil defensoras de los derechos humanos, podrían intensificarse bajo la influencia de un gobierno de Trump más agresivo (Washington Blade, 2024). Ese aumento en el tono antiderechos también podría contagiar a otros presidentes de la región que han protagonizado acciones y discursos abiertamente homofóbicos y transfóbicos como el costarricense Rodrigo Chaves.

Entre otras, estas son algunas de las repercusiones más evidentes que tendría el giro ultra de la política estadounidense en la región en relación con la diversidad sexual:

  1. Retroceso: Si Estados Unidos revoca leyes protectoras para la comunidad LGBTIQ+ y adopta una postura más conservadora, es probable que países de Centroamérica que ya enfrentan desafíos en la protección de estos derechos sigan el ejemplo. Por ejemplo, la promoción de la llamada "familia tradicional" como núcleo de la sociedad podría impactar la legislación en países como Guatemala, donde las leyes de unión civil para parejas del mismo sexo aún están lejos de ser aprobadas (Caribe Afirmativo, 2024).
  2. Persecución: La postura de Trump sobre la personas migrantes también afectaría a las personas LGBTIQ+ que huyen de la violencia y la persecución en sus países de origen. Muchos refugiados LGBTIQ+ de Centroamérica ya enfrentan obstáculos significativos al intentar ingresar a Estados Unidos, y con políticas aún más estrictas, su situación se agravaría. De acuerdo con el informe de Human Rights Watch sobre la crisis de refugiados, las personas LGBTIQ+ son uno de los grupos más vulnerables dentro de los flujos migratorios (Latimes, 2024).
  3. Transnacionalización: El ejemplo de Trump podría inspirar a gobiernos de la región a seguir políticas similares. Ya existen ejemplos de colaboración entre gobiernos de derecha como el de Jair Bolsonaro en Brasil y el de Bukele en El Salvador, quienes han mantenido una postura similar respecto a la criminalización de la diversidad de género y la sexualidad. En este sentido, el Proyecto 2025 podría ser un modelo para otros gobiernos de la región que comparten una ideología conservadora, debilitando aún más las protecciones legales y sociales para las personas LGBTIQ+

La sociedad civil en Centroamérica, aunque enfrenta un panorama difícil, ha sido resiliente en la defensa de los derechos de las personas LGBTIQ+. El reto es grande, pero también lo es la oportunidad de fortalecer las alianzas regionales. El activismo transnacional puede ofrecer un contrapeso frente a las políticas represivas. La cooperación entre países de la región, organizaciones no gubernamentales y aliados internacionales será clave para contrarrestar las políticas regresivas impulsadas por Trump y proteger los avances de los derechos humanos alcanzados en las últimas décadas .

El impacto de la victoria de Donald Trump y la inminente implementación del Proyecto 2025 sobre los derechos de las personas LGBTIQ+ no se limita a Estados Unidos. Este retroceso podría tener efectos desastrosos en Centroamérica, donde las personas LGBTIQ+ ya enfrentan discriminación y violencia. Sin embargo, la sociedad civil sigue siendo un actor fundamental en la defensa de estos derechos, y la cooperación internacional será esencial para frenar las políticas regresivas. En la lucha por la igualdad, la solidaridad y la visibilidad seguirán siendo nuestras mejores armas.

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