El caso de Karina me cimbró, no solo porque sigue trabajando en la computadora con un bebé colgado de un cargador, sino porque reconoció la dolorosa escalada de violencia verbal que la pandemia desató en su hogar y la necesidad de buscar ayuda psicológica.
Gracias por tomarte unos minutos para responder esta entrevista que me ayudará a escribir un reportaje denominado “La pandemia invisible: El Covid-19 aumentó la violencia y la desigualdad de género en México y Centroamérica”.
1. Nombre completo que no se publicará: -
2. Correo electrónico: -
3. Nombre ficticio o pseudónimo: Karina Blanco
4. País y ciudad: Managua- Chicago, USA.
5. Edad: 41
6. Nivel de estudios. Doctorado
7. Profesión: Profesora universitaria
8. Promedio de ingresos mensuales: 3,000 USD (menos impuestos)- soy el ingreso único de mi familia
9. Número de hijos: 2
10. Edades: 4 años y 8 meses.
11. ¿Casada o separada? Casada
12. ¿Su cónyugue o excónyugue participa en la crianza de sus hijos? Sí
13. ¿Tiene ayuda de alguna trabajadora del hogar o de algún familiar para la crianza de sus hijos? Mi esposo
14. ¿Goza de tiempo libre? Si la respuesta es sí, ¿en qué lo invierte? No realmente; pero hago un espacio cuando puedo para hacer yoga y a veces leer literatura.
15. ¿La pandemia aumentó la cantidad de horas que realiza trabajo del hogar? Describa. Sí, mi hija no está yendo a la escuela, así es que es más comida que cocinar, más platos que lavar, más ropa, más suciedad en la casa, etcétera.
16. Describa la rutina de uno de sus días con lujo de detalle. Se vale quejarse.
Duermo muy mal porque la bebé no duerme mucho y toma pecho durante la noche todavía. Me despierto como a las 6:30 -7 a.m. Si puedo, hago yoga con la bebé. Mi esposo alista a nuestra niña. Desayunamos. A las 10:30 u 11 empiezo a trabajar (o intento) mientras mi esposo está con las niñas. A menudo tengo que trabajar con la bebé en el canguro porque quiere tomar pecho o no se acostumbra aún a estar con mi esposo. Pesa casi 9 kilos, así es que es un reto. Trabajo parada, con ella en brazos y escribiendo en la computadora. Almorzamos a la 1 ó 2 p.m. Mi marido o yo preparamos almuerzo. Regreso a trabajar (con la bebé casi siempre). Como a las 5pm cuido yo a las dos niñas para que mi marido pueda cocinar. Cenamos como a las 7 p.m. Bañamos a las niñas y como a las 8:30 estamos todos en la cama. Como la bebé no duerme bien, no he podido tener tiempo de recreación en las noches como solía tener antes o para leer, o ver televisión, o trabajar. Es duro. Cada día es como un maratón, aunque no estoy sola. Nos dividimos el trabajo del hogar y el cuidado de las niñas entre mi marido y yo. Él no tiene trabajo ahorita. Así es que por eso también nos dividimos así.
17. Durante la pandemia, ¿aumentaron sus responsabilidades en el trabajo remunerado o realiza home office? Realizo home office. Todas las clases son vía remota y ahora estoy trabajando en mi investigación, dando conferencias, presentando mi libro, todo vía remota. Sí, han aumentado porque ahora hay más y más compromisos virtuales, más juntas, más oportunidades de participar en cosas pero también es más demandante. Las líneas entre lo privado y público, de por sí artificiales, nunca habían estado tan desdibujadas. Mis niñas participan en Zoom seguido. Ya saben que su mamá trabaja así en la computadora y con conferencias en línea.
18. ¿Tiene alguna hija o hijo que reciba educación en línea bajo su supervisión? Describa la experiencia. No, nuestra hija de 4 no está yendo al preescolar ni asistiendo en línea. Mi marido le está enseñando a escribir, leer, y los números. Dadas las circunstancias, ha sido extraordinario que haya podido avanzar en su aprendizaje.
19. ¿Perdió su empleo o sus ingresos mermaron en lo que va de la pandemia? Comente. Mi marido no ha podido conseguir trabajo por la pandemia. Así es que dependemos de mi sueldo.
20. ¿Ha sufrido violencia física, verbal, psicológica, económica o simbólica durante el confinamiento? Describa. Si usted no la ha sufrido, ¿alguna familiar o amiga sí? Comente. La relación con mi marido ha tenido momentos más estresantes, por el confinamiento, el estrés de estar con las niñas las 24 horas, la falta de sueño (mía sobre todo). Así es que, sí, ha habido momentos de violencia verbal que no habíamos tenido previamente. También hacia nuestra niña de 4 años. Contacté a una terapeuta en México y con ella, vía Zoom, resolvimos varias cosas. Él y yo y él y yo frente a nuestra niña. Nos hemos vuelto más pacientes, menos exigentes y más flexibles. Estábamos volviéndonos locos. Aún tenemos mucho trabajo que hacer pero gracias a esta terapeuta estamos hoy mejor.
21. ¿Ha tenido problemas de salud física o de salud mental por el confinamiento? Describa. Al principio, sobre todo, recién después del parto, estaba muy cansada, comiendo de más, sintiéndome deprimida, sola, exhausta, gorda, todo a la vez. Como al cuarto mes del nacimiento de la bebé, empecé a hacer yoga, contacté a una nutrióloga por recomendación de una amiga, y desde ahí he mejorado bastante. Perdí a mi mamá hace dos años. Y entre el nacimiento de mi segunda hija y el confinamiento, siento que todos esos sentimientos de pérdida regresaron sin poderlos procesar ni escribir al respecto, pues me siento presionada por trabajar en las pocas horas que puedo hacerlo sin interrupción.
22. ¿Ha perdido un familiar o amigo por Covid-19? ¿Cómo vivió su luto? No, afortunadamente.
23. ¿Cree que en su comunidad se ha incrementado la violencia y la desigualdad de género? Sí, no, ¿Por qué? Sí, por el encierro, el estrés que estamos viviendo económicamente y psicológicamente, la incertidumbre, las redes de protección y solidaridad ahora no están o solo lo están a la distancia. Una amiga con la que solía verme, por ejemplo, ha vivido violencia verbal y psicológica de su marido. En circunstancias normales, nos veríamos diario para tomar un café, conversar, procesar cosas. Ahora llevamos 2 -3 semanas sin vernos. El invierno en Chicago es inclemente así es que verse en las calles es difícil y ella también tiene dos hijos chiquitos y ninguna manejamos un auto, así es que todo es más complicado.
24. ¿Cuál sería la solución colectiva para zanjar el aumento de la violencia y la desigualdad de género durante la pandemia? Acá han dado cheques para apoyar a las familias, pero no es suficiente. Dieron uno el año pasado y otro este año. Lo equivalente solo a un mes de renta a lo mucho. Se necesitarían más apoyo pero también priorizar círculos de amistades o vecinos que se pudieran ver y congregar al aire libre, talvez con sistemas de calefacción en la calle (acá el problema es el invierno, que más nos aísla porque es difícil estar afuera al aire libre). Quizás también grupos virtuales para vernos y platicar de nuestros problemas, miedos, frustraciones. Pero lo más importante, para mí, es que nuestra niña pudiera ir a la escuela, con las precauciones del caso.
25. ¿Algo que desee agregar? No.
¡Gracias!