Declaramos nuestra plena solidaridad con Ucrania. Estamos al lado de nuestros colegas ucranianos, y al mismo tiempo también al lado de nuestros socios civiles en Rusia, que están bajo una dura represión estatal. 24 de febrero de 2022.
La brutal, aparente y largamente planificada guerra de agresión de Putin contra Ucrania es una ruptura histórica del tabú fríamente calculado en el centro de Europa. Independientemente de las consecuencias humanitarias y políticas, el régimen ruso está atacando el marco de valores y seguridad común que ha sustentado uno de los períodos más largos de paz y prosperidad en la historia de Europa, desde 1945.
Con argumentos absurdos, extrañas analogías históricas y drásticas amenazas, el gobierno Ruso está destruyendo cínicamente la confianza básica en la racionalidad de la acción política y estatal en Europa.
En esta sangrienta tragedia, toda la solidaridad de Europa, de palabra y de hecho, debe dirigirse a Ucrania y a su ciudadanía; lo que debe demostrarse ahora aún más con una ayuda y apoyos rápidos y no burocráticos en esta catástrofe humanitaria que se está produciendo.
Europa, Occidente y, sobre todo, de manera poco gloriosa, Alemania, han ocultado deliberadamente durante años el alcance de la amenaza, también por conveniencia y oportunismo de la política económica y energética; y en contra de las inequívocas voces de advertencia de algunos de nuestros países socios y vecinos de la UE. Los retos y los costos de la reorientación estratégica son enormes a todos los niveles. Pero hoy se ha demostrado que no hay forma de evitarlo.
Ahora hay que adoptar todas las medidas de sanción disponibles que puedan tener realmente un impacto y, sobre todo, deben ser mantenidas de forma coherente por todos los aliados, si es necesario, durante los próximos años. Esto tendrá su precio para todas y todos nosotros, pero seamos claros: desde esta mañana, el precio más alto lo pagan las y los ucranianos.
Declaramos nuestra plena solidaridad con Ucrania. Estamos del lado de nuestros socios y colegas ucranianos y, al mismo tiempo, del lado de nuestros socios de la sociedad civil rusa, acosados por una dura represión.