Durante el año 2021, Nicaragua perdió la oportunidad de encontrar una salida pacífica a la crisis sociopolítica iniciada en abril de 2018 y agudizada en el contexto electoral. Por el contrario, la tendencia previsible es que en el futuro se agudice la crisis sociopolítica y de derechos humanos. En 2021 se experimentó un repunte temporal del crecimiento económico después de tres años de recesión y, aunque en menor proporción, se espera mantener esa mejoría en 2022. La perspectiva gubernamental con la ruptura de relaciones con Taiwán y el reciente restablecimiento de relaciones de Nicaragua con la República Popular de China es que le sirva para mantener a flote un gobierno ilegítimo.
Como Fundación Heinrich Böll Stiftung (hbs), agradecemos la colaboración a la persona experta en la elaboración de este artículo de análisis, y accediendo a su pedido, mantendremos su autoría en confidencialidad.
Marco contextual a la situación sociopolítica en 2021 en Nicaragua.
El acontecimiento político más importante ocurrido en 2021 fue la celebración el 7 de noviembre de las esperadas elecciones de autoridades nacional para los próximos cinco años. Según la ley electoral debían efectuarse elecciones nacionales de Presidente, Vicepresidente, y diputados a la Asamblea Nacional y al Parlamento Centroamericano. Las expectativas de la población nicaragüense y de la comunidad internacional eran que por esa vía se solucionara la crisis sociopolítica abierta en el país desde abril de 2018, cuando multitudinarias manifestaciones contra el gobierno fueron reprimidas violentamente, dando lugar a situaciones de graves violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, además de fuertes afectaciones a la economía. El intento de dos diálogos sucesivos en 2018 y 2019 entre el gobierno y la oposición cívica para resolver el conflicto no fructificó. En esas circunstancias el FSLN decidió radicalizar su proyecto político en lo que llamo la tercera etapa de la revolución, cambiando su estrategia seguida desde 2007 de transformación por consenso, a la transformación por conflicto. Desde entonces, el gobierno mantuvo el control del país bajo un estado policial estricto y desmantelo todas las libertades públicas, agravando la crisis de derechos humanos y la crisis económica. Esas circunstancias y mal manejo gubernamental de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del Covid 19 agravó la situación de derechos humanos. Las expectativas de la población con las elecciones del 7 de noviembre era cerrar pacíficamente este capítulo y reiniciar uno nuevo en paz y libertad, con el cambio de gobierno.
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