Un proyecto que inició en 2012 en la alcaldía de un pueblo de apenas 15 kilómetros cuadrados y que culminó seis años después como autoridad máxima de San Salvador, la capital.
Nayib Armando Bukele Ortez llega a la presidencia de la República de El Salvador a los 37 años de edad, luego de una carrera política que bajo los parámetros del sistema político nacional podría categorizarse como perfecta. Un proyecto que inició en 2012 en la alcaldía de un pueblo de apenas 15 kilómetros cuadrados y que culminó seis años después como autoridad máxima de San Salvador, la capital.
A El Salvador llegó con Bukele la expresión política de la “indignación”, que ya ha recorrido otros países del mundo. Esa expresión llegó con una persona que se había dedicado toda su juventud al negocio de la publicidad, de la mano de su padre, el empresario de origen palestino Armando Bukele Kattán. Un hombre que estuvo relacionado con diferentes actores políticos y que, pese a la xenofobia de las élites económicas, logró ganarse el respeto a base de fórmulas empresariales exitosas.
Informe que aborda como el Congreso de la República de Guatemala se ha convertido en una tribuna de confluencia y pacto entre actores económicos, políticos, militares y criminales que se han beneficiado impunemente de poder y enriquecimiento indebidos.
La investigación parte de la premisa que los enfoques represivos que han privilegiado los gobiernos de El Salvador en la última década y media para encarar la delincuencia, no solo han sido incapaces de reducirla, sino que han favorecido las condiciones subjetivas y objetivas para que la criminalidad evolucione en sus diferentes formas y expresiones.
Formamos parte de las luchas que protagonizan mujeres que defienden sus tierras y los recursos de sus pueblos, incluso arriesgando su vida, amenazadas por el extractivismo, las empresas transnacionales, y los tratados de libre comercio; contra las viejas y nuevas formas de explotación.