Carolina, agricultora: “Las inundaciones se llevan todo lo que hay a su paso, por eso optamos por migrar”

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La depresión tropical 12-E anegó la décima parte del territorio y los damnificados se cuantificaron en un millón, muchos de ellos en el sector agrícola. Carolina Hernández fue uno de ellos. Vive en el Bajo Lempa y tras el paso del temporal, decidió migrar en busca de una vida mejor para sus tres hijos.

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Delmys Carolina Hernández tomó la ruta hacia los Estados Unidos poco después de los estragos de las lluvias que dejó la depresión tropical 12-E en 2011. “Las inundaciones se llevan todo lo que hay a su paso, se pierde todo; por esa razón optamos por emigrar a otros países y dejar a nuestras familias en El Salvador”, explica en el pódcast de Voz Pública titulado El sueño americano es muy doloroso.

Ese fenómeno tropical provocó lluvias durante 10 días consecutivos que anegaron el 10% del territorio. Un millón de personas se vieron afectadas por las inundaciones que dejaron daños millonarios en la agricultura, viviendas e infraestructuras.

Hernández vive en Ciudad Romero, una de las comunidades que surgieron con el fin del conflicto armado y el proceso de repatriación de los salvadoreños huidos en la guerra. Estos asentamientos están ubicados en el Bajo Lempa, una de las zonas más vulnerables, expuesta a las inundaciones por el desbordamiento del principal afluente del país.

Recuerda lo duro que fue la ruta para llegar a su destino. “Esos caminos son de mucha tristeza y me llenan de nostalgia cuando recuerdo todo lo que tuve que pasar para llegar”, comenta esta madre de tres hijos. 

Cuando cruzaba el río Bravo para entrar a los Estados Unidos estuvo a punto de ser arrastrada por las aguas. “Yo sentía que ya no podía, que mis fuerzas ya no me daban y yo mejor decidí que el agua me llevara. Gracias a Dios que puso un ángel que me dio su mano”, relata sobre una ruta en la que corrían de un lado a otro, atravesaban montes a medianoche, con la ropa llena de lodo y sin bañarse durante días.

A la alta vulnerabilidad de esos asentamientos se suma la falta de apoyo de los gobiernos de turno. “Las comunidades del Bajo Lempa son unas comunidades prácticamente abandonadas por nuestro gobierno”, comenta Hernández, quien regresó al país años después

A la vuelta empezó a participar en talleres de agroecología como una manera de aprender y conocer otros cultivos para adaptarse al cambio climático. “Sembramos tomates, chiles, yuca, coco que es lo que uno puede comercializar acá y da frutos muy temprano, sin esperar mucho tiempo”, apunta.

En el año fiscal 2021, un total de 98.960 compatriotas fueron interceptados en la frontera sur de los EE.UU., la cifra más alta en lo que va del siglo. El 25 % de los deportados son mujeres y la principal razón por la que migran es por factores económicos, según informes de la Dirección General de Migración y Extranjería.