Polinizadores: son imprescindibles para la reactivación económica después del COVID19

La apicultura en para Centroamérica aporta anualmente al menos USD$1.600 millones en servicios de polinización.

Tema polinizadores

En las últimas semanas las cámaras empresariales en Costa Rica presionan de manera irresponsable para que Costa Rica permita el uso de más agroquímicos sin una evaluación toxicológica para superar la crisis sanitaria, ecos similares se escuchan en otros países latinoamércanos. 

Esta es una premisa falsa, ya que sólo protege los bolsillos de los importadores de estos venenos que han llevado a que el 90% de los alimentos que consumimos a diario estén contaminados con plaguicidas (1).  Además, es importante conocer que el registro de plaguicidas está siendo revisado por la Sala Constitucional costarricense desde el año 2019, gracias a que distintas organizaciones ambientales como la Federación Ecologista (FECON) y del Movimiento para la Agricultura Orgánica Costarricense (MAOCO) han acudido al tribunal constitucional para denunciar el abuso en la incorporación de los plaguicidas sin análisis técnico. Igualmente existe un Recurso de Amparo apoyado por cientos de apicultores nucleados en la Cámara Nacional de Fomento a la Apicultura (CNFA) contra los Neonicotiniodes (agrovenenos con efectos nefastos contra las abejas). Por lo tanto, pedir más agrotóxicos y su uso sin evaluación toxicológica adecuada para superar la crisis atenta contra el accionar del mismo Poder Judicial.

Esta solicitud de traer más plaguicidas, no solo pone en riesgo a diversos sectores de la economía y de la sociedad que ya no soportan más contaminación por plaguicidas. Hablo acá de escuelas fumigadas diariamente, de las miles de personas enfermas por la exposición a plaguicidas y que no reciben ninguna indemnizaciones de parte de las empresas responsables por la pérdida de su salud o de los efectos que tienen en la salud humana el consumir agua y alimentos contaminados con agrotóxicos cancerígenos todos los días, o, de las miles de familias sin acceso a agua porqué esta está siendo captada y utilizada para riego de monocultivos. Estos son algunos de los muchos impactos más visibles de la agroindustria y los agrovenenos, pero quiero que pensemos ahora en unos seres diminutos que tienen un aporte indiscutible en los países dedicados a la agricultura: las abejas.

Según la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) el aporte de los polinizadores como las abejas equivale a 20 veces del valor de la miel que producen. Para un país como Costa Rica que cuenta con unas 40 mil colmenas, las cuales produce unas 1.200 toneladas métricas de miel, lo que equivale a unos ¢6.000 millones por su valor en el mercado. Si hacemos la multiplicación que siguiere la FAO encontraremos que las abejas melíferas proporcionan en servicios de polinización al menos ¢120.000 millones, es decir unos USD$ 210 millones de dólares a la economía nacional todos los años. En comparación, se calcula que Costa Rica importa USD$160 millones en agrovenenos. 

Regionalmente, en Centroamérica, según datos de FAO existen unas 400.000 colmenas que brindan servicios de polinización valorados hasta en USD$ 1.600 millones anualmente, que están en riesgo por el abuso de plaguicidas de igual manera y que todos lo gobiernos centroamericanos deberían entender la importancia de esto insectos para el futuro post-covid19.  

Aunque claramente el valor de las abejas es mayor que su aporte económico y no se puede mercantilizar su vida, hacemos este ejercicio ya que al parecer este el único lenguaje que comprenden  los gobiernos.  Este aporte de los polinizadores poco contabilizado nos da luces para entender la importancia de la defensa de las abejas contra el abuso de los plaguicidas y de sus vendedores para la economía nacional. Pero a pesar de esta importancia, parece que desde el gobierno solo tienen oídos para quienes proponen toxicidad y explotación laboral. En el caso de Costa Rica solo las empresas importadoras de plaguicidas incorporadas en la Unión de Cámaras Empresariales (UCCAEP), reciben anualmente al menos USD$30 millones en exenciones fiscales según el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC). 

Hoy toca decidir para dónde quiere el país encaminarse: hacía la agri-cultura-economía de la vida o una de la muerte. Es urgente proteger a los polinizadores, la apicultura y así a la economía costarricense y no hacerle caso a los vendedores de venenos.

Notas: 
1. En Costa Rica 1 de cada 4 vegetales frescos están contaminados con plaguicidas por encima de lo permitido https://feconcr.com/noticias/en-costa-rica-1-de-cada-4-vegetales-fresco…
* Miembro de la Red de Coordinación en Biodiversidad, la Federación Costarricense Para la Conservación de la Naturaleza (FECON)