Las elecciones del 3 de febrero en El Salvador serán la sexta ocasión en que se disputa el control del ejecutivo desde 1994, año en que se realizaron las primeras elecciones libres en este país centroamericano. Desde entonces, cada 5 años como lo establece la Constitución (Art.154), los salvadoreños han sido convocados a elegir presidente y vice-presidente de la República. En tres de esas ocasiones fueron electos los candidatos presentados por el partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y en otras dos los resultados favorecieron a los candidatos presentados por el partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
En los últimos años, la agenda internacional ha reconocido la necesidad de apostar por el acceso a la energía como un elemento clave en la búsqueda del desarrollo. En 2015, se presentó un hito político importante: en el marco de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, 193 países suscribieron la meta de garantizar el acceso universal a energía asequible, confiable, sostenible y moderna. El contar con servicios energéticos es indispensable para avanzar en el proceso de desarrollo sostenible, ya que tiene impactos positivos en la reducción de la pobreza, e implica mejoras en la salud, la equidad de género, la educación y el acceso a otros servicios de infraestructura (Cafod et al., 2014). Además, la transformación de los sistemas energéticos, hacia unos más sostenibles y eficientes, es crucial para afrontar el cambio climático, la amenaza más seria para la erradicación de la pobreza.