Fortaleciendo la alianza entre la cooperación y las OSC para una mayor acción climática

Los Gobiernos deben impulsar la acción climática ahora y ser más ambiciosos en sus esfuerzos para limitar el calentamiento global a 1,5°C, asimismo deben reducir a la mitad las emisiones de carbono para 2030 y lograr una huella de carbono cero para 2050.

Ingrid Hausinger, Columnista invitada.

Los Gobiernos deben impulsar la acción climática ahora y ser más ambiciosos en sus esfuerzos para limitar el calentamiento global a 1,5°C, asimismo deben reducir a la mitad las emisiones de carbono para 2030 y lograr una huella de carbono cero para 2050. Asimismo, deben esforzarse más para abordar las causas fundamentales del desastre climático y transformar los sistemas energéticos para que dejen de emplear combustibles fósiles contaminantes y se basen en 100% energía renovable.

Estas son recomendaciones claras de la ciencia hacia la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático CMNUCC, quienes rigen las negociaciones internacionales sobre cambio climático. Sin embargo, a pesar de los evidentes efectos del cambio climático y de la clara y urgente recomendación que da la ciencia a los Gobiernos de los 195 países firmantes del Acuerdo de París: el mundo debe limitar el calentamiento a 1.5 grados, no parece que estas afirmaciones sean suficientes para impulsar una transición que verdaderamente modifique “las
causas fundamentales del desastre climático”.

Debemos reconocer que la crisis ecológica es una consecuencia indisociable del actual sistema económico donde los recursos naturales (e incluso las personas) no son vistos más que como recursos para incrementar la producción, y finalmente, el consumo.

La meta es clara: no sobrepasar los 1.5°C. Una meta ambiciosa pero no imposible. Para alcanzar esta meta debemos impulsar cambios fundamentales en los modelos y paradigmas de desarrollo y bienestar que actualmente tenemos.Esto solo será posible si todas las organizaciones de la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales, academia, sector privado y sector financiero nos involucramos y comprometemos a más acciones climáticas.

El sector privado y los Gobiernos deben reconocer que no es posible sostener los márgenes actuales de ganancias de las industrias y corporaciones
transnacionales contaminantes, sin que crucen los límites planetarios ni perjudiquen la equidad social y los derechos humanos. Es un cambio por el bien común. La banca privada y pública no puede continuar financiando iniciativas que no vayan en línea con las acciones climáticas reales.

Desde la sociedad civil y academia debemos exigir el incremento de la ambición de las metas climáticas o NDC y la reorientación de estas a
soluciones locales basada en la naturaleza. Soluciones que ya existen y que han demostrado ser útiles y estar listas para ser aplicada a gran
escala. Entonces, si bien es el sector público a quien le corresponde trabajar el diseño de las estrategias y determinación de las metas climáticas, la participación de los sectores no gubernamentales es determinante para lograr mantenernos bajo los 1.5°C.

No sólo en la implementación de acciones concretas de acción climática, sino que también, la participación de la sociedad civil es crucial para
difundir información, generar capacidades en actores locales para la implementación de las estrategias climáticas, identificar necesidades de financiamiento y contribuir al monitoreo de avances.

Por lo tanto, tenemos el reto de construir en la región plataformas multisectoriales que permitan la participación activa y la consulta de la sociedad civil tanto en la definición de nuevas metas (en marzo 2020 se deben presentar nuevas NDC) como en el diseño de las políticas públicas para su implementación.

Los líderes políticos de todo el mundo están fallando en cambiar el curso que protegería el bienestar humano y, en lugar de ello, eligen permitir sufrimientos incalculables y la destrucción medioambiental, por negarse a modificar el modelo económico de producción y consumo. Necesitamos ser legiones de personas, organizaciones, instituciones y sobre también empresas que se sumen a la implementación de iniciativas por la acción climática conscientes del cambio radical de rumbo que debemos hacer para lograr un bien común mayor.

Depende también de todas y todos nosotros el participar activamente en esta transformación socioecológica, el cambio climático es también
algo personal.

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Fuentes:
Realismo Radical para la Justicia Climática, por Greg Muttitt,
Hannah McKinnon, Kelly Trout, Adam Scott, David Turn-bull, Janet
Redman de Oil Change International y Sivan Kartha de Stockholm
Environment Institute, publicado por Fundación Heinrich Böll, 2019
Proyecto: Ruta de los aportes de la sociedad civil a la NDC de América
Latinca, https://actionlac.net/ruta-por-las-ndc/
Ingrid Hausinger de Kafie es Coordinadora de Ecología de la Fundación Heinrich Böll Oficina San Salvador. 

Puede descargar en este link la revista especializada Concertando, de la CRGR.